Lucifer entrenó muy duro hasta conseguir su primera llama, los poderes de la piromancia no son fáciles de dominar, sin embargo al poco tiempo Lucifer había logrado adquirir el conocimiento suficiente para controlar cada vez más el fuego. Existen seres muy poderosos capaces de crear grandes oleadas de fuego y controlarlas a su antojo, pero eso requiere una concentración y una habilidad extraordinaria. El demonio aprendía extremadamente rápido, tenía un dominio extraordinario de su energía y pronto podría dominar sin problemas habilidades más complejas de ejecutar.
Acabado el entrenamiento, ambos guerreros ingresaron al refugio entre las montañas. La ubicación de la guarida era todo un misterio, pues para poder acceder a ella, primero debían hallar la entrada a un viejo y olvidado sendero en el pueblo de Okemure que guiaba hacia la intersección de las montañas más altas en toda la región, justo frente al reino. Luego, debían buscar el desvió hacia la montaña de la derecha hasta toparse con una caverna que en el exterior tiene un par de esculturas que representan a dos demonios con sus ojos vendados. El camino hacia el refugio era todo un secreto y solo lo conocían los guerreros de elite.
El interior del refugio era semejante a un castillo, con muros de piedra que acumulaban la humedad, largos pasillos, grandes torres y en fin, toda una comunidad que giraba en torno a una plaza central. Todo esto y más en lo profundo de una simple montaña.
Por lo general las viviendas de los pueblos y grandes reinos se construían hacia abajo, es decir, bajo tierra pues en alto no brindaban la seguridad suficiente para sus habitantes y es lógico pensarlo ya que los ataques aéreos eran frecuentes. También les brindaba el beneficio de poder tener un sistema de laberintos subterráneos que solo una persona conocía y en caso de que un intruso tratase de ingresar para saquear tesoros o cualquier objeto de valor, este no sabría como llegar a estos y se perdería entre el calor de las profundidades subterráneas de la cámara de tesoros.
Al caer la noche el señor Kain llamó a Lucifer a presentarse en su cuarto para asignarle una misión. Esta consistía en averiguar junto con Hanso y Asper qué ocurría al sur del reino, en un pequeño pueblo ubicado en medio del valle nevado. Según un informante de la organización, la resistencia había instalado un campamento en las cercanías del valle nevado y era muy probable que intentasen atacar a los aldeanos o invadir dicha zona por lo que en primera instancia debían enviar fuerza militar para hacer presencia en las cercanías del territorio aliado y resguardar a los pobladores antes de actuar y tomar medidas drásticas.
Como siempre un nuevo conflicto se avecinaba, esta vez en los fríos y gélidos rincones del valle nevado en donde quizás con qué clase de sorpresas se encuentren los enviados de Kain.