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La mirada de Lucifer no era la misma que la de hace un rato atrás, ahora sus ojos de color rojo llenos de ira desentonaban con la figura del joven Lucifer que comenzaba a entender lentamente lo que ocurría en el inframundo, desentonaba con la imagen de un Lucifer sin memoria y lleno de dudas. La energía que radiaba comenzó a desvanecerse poco a poco hasta que recupero el color natural de sus ojos.
La mirada de Lucifer no era la misma que la de hace un rato atrás, ahora sus ojos de color rojo llenos de ira desentonaban con la figura del joven Lucifer que comenzaba a entender lentamente lo que ocurría en el inframundo, desentonaba con la imagen de un Lucifer sin memoria y lleno de dudas. La energía que radiaba comenzó a desvanecerse poco a poco hasta que recupero el color natural de sus ojos.
Tenía las manos totalmente ensangrentadas por toda la carnicería que la situación ameritó. El demonio ayudó a ponerse de pie a sus aliados y antes de salir de la caverna, los guerreros tuvieron que pasar por el pasillo en que se habría enfrentado la quimera con Lucifer y para la sorpresa de Asper y Hanso habían restos de la bestia esparcidos por todas las paredes del pasillo, lo que despertó en los muchachos la curiosidad por saber qué diablos había ocurrido en dicho lugar. ¿Cómo había destruido a una bestia de esa manera si superaba casi tres veces su tamaño y peso?. Si ni siquiera Hanso, un guerrero muy experimentado había logrado tal hazaña. Asper y Hanso caminaban atrás de Lucifer con una cara llena de dudas, eran como dos detectives tratando de adivinar cómo había descuartizado a la quimera. Asper saco su pipa y su sombrero de detective privado he imagino que la quimera tenía en su espalda un botón de autodestrucción. Al parecer Hanso había imaginado lo mismo, se miraron y rieron como hienas.
Al salir del refugio rebelde ya amanecía en el inframundo. La misión había sido todo un éxito y ya planeaban regresar a las montañas donde comenzó su aventura para reunirse con el señor Kain. Mientras se alejaban para dejar atrás la historia del capital Alsabel, la gente del pueblo se despedía agradecida por haberlos librado de los rebeldes. Griu dio un fuerte abraso a los valientes guerreros y les deseo éxito. Los guerreros hicieron lo mismo, dieron las gracias a Griu por haberlos recibido con tanta hospitalidad y marcharon rumbo a casa.
El viaje de regreso fue tranquilo y sin novedad alguna. Tomaron el mismo camino solo que esta vez no intercambiaron palabra alguna. Al llegar a su guarida Kain los esperaba para recibir las noticias de sus subordinados, la fortaleza cada vez sorprendía más a Lucifer, soldados de todo tipo lo observaban al pasar pero no se sentía incomodo, es más, se sentía como un ser superior. Al ver a Kain le contaron absolutamente todo lo ocurrido en la misión, hasta mencionaron detalles de poca utilidad, es por eso que Hanso y Asper estaban ansiosos por escuchar la versión de Lucifer, quien solo menciono con bastante generalidad que derroto a la quimera sin mucho esfuerzo y que derroto al capitán Alsabel con el apoyo de sus compañeros de equipo.
Los compañeros del demonio se sintieron muy desilusionados al no poder saber qué había ocurrido realmente.
Los compañeros del demonio se sintieron muy desilusionados al no poder saber qué había ocurrido realmente.
Mientras conversaban animosamente, entra en escena un sujeto alto que vestía una armadura gris cubierta por una capa rojiza. Tenia el pelo oscuro y largo, parecía un hombre de unos cuarenta años. Decía llamarse Drake. Asper al escuchar al extraño se volteó para mirar y dijo animosamente "maestro".
- Aprovechare esta situación para presentarte a tu nuevo maestro, Lucifer. Desde hoy serás compañero junto a Asper -dijo el señor Kain-.
La sombra era el mejor alumno que había tenido Drake pues, en él había depositado todas sus esperanzas de conseguir a un guerrero poderoso y eficiente en el campo de batalla.
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