Amanecer hoy

Disfruta la luz del sol en tu piel sensible porque hoy mismo puedes dejar atrás tus recuerdos, deseos y anhelos en una fría sepultura hermoseada con una simple lapida anónima. Atina a caminar descalzo por los pastos del jardín de tu vecino antes del sombrío anochecer y del impensable amanecer, hazlo antes que nunca o nunca tendrás la dicha de los otros dementes del ayer.

16 de agosto de 2013

La decisión.



Jaimito observaba con mucha atención a un vagabundo que estaba sentado a la salida del metro pidiendo limosna. Veía como la gente corría de un lugar a otro. Algunos pasaban y veían de reojo a este hombre tendido en el piso para luego seguir con su camino, otros lo divisaban a lo lejos y al pasar por un costado lo rodeaban para hacerle el quite, pero en cambio de vez en cuando alguien extendía su mano y depositaba una moneda en el viejo tarro que el vagabundo agitaba casi sin energías. Yo me pregunto ¿Qué se puede hacer ante este tipo de situaciones? ¿Es un problema el que este vagabundo pida limosna para sobrevivir? ¿Será nuestro problema? ¿Será su problema? ¿No sientes culpa de ver como la humanidad se desmorona? ¿Encontraremos alguna vez el camino correcto para prosperar? ¿No te gustaría vivir en un mundo más feliz? ¿Será ese vagabundo feliz? ¿Habrá soñado con un mundo más justo? ¿Qué haces tú frente al espejo que no te deja ver más allá de tu propio rostro? La luz del día iluminaba al anciano que estaba sediento y a nadie le importó.

Esta noche un hombre asesino a su mujer, durante el día violaron a una muchacha en un callejón, por la tarde desconocidos asaltaron a una pareja en el parque, el día se llenó de odio y todos seguían su propio camino sin importarles el gran sendero.

Jaimito se asustó al ver como una anciana tropezó en el último escalón de las escaleras del metro, su mente dormida le hizo dudar. ¿Ayudo o no ayudo a la pobre anciana? ¡Dios santo! Podría ser mi abuelita. El joven corrió a gran velocidad hasta alcanzar a la anciana quien no presento mayor dificultad para caminar y seguir su camino.

Menos mal que no fue un accidente grave. Al rato después un sujeto pasó bruscamente junto a otro que caminaba en la dirección contraria y chocaron levemente sus hombros. Ambos se miraron y sonrieron pidiéndose disculpas mutuamente. ¿Has imaginado que ocurriría si pasaras a llevarte a ti mismo? ¿Qué reacción tendrías? ¿Esperarías que fuesen reacciones idénticas? ¿Sonreirías o te enfadarías?

Jaimito se cuestiono por mucho tiempo qué es lo que le permite dar un paso adelante. Y poco a poco fue descubriendo la capacidad del ser humano para destruir y causarle daño a quienes se le antojase pero también aprendió que el hombre también puede llevar a cabo acciones buenas. A veces sentía rabia y prefería no hablarle a nadie pues comprendía a la perfección su capacidad de destrucción. Tenía claro que sus límites no tenían límites. Todos los días veía que el cielo cada vez era más gris y eso no le agradaba. Su ser estaba constituido de dos tipos de masas, una blanca y una negra, esos elementos era un patrón que permanecía constante en todas las personas que alguna vez había conocido, no existía persona en su mundo que no tuviese esa marca distintiva. Es por eso que los años de sabiduría lo llevaron a recorrer los rincones más oscuros de su corazón hasta casi llevarlo a la locura, luego de conocer el odio más profundo hacia un ser viviente se dedico a complementarse a si mismo y comenzó a descubrir el amor.

Luego de experimentar con el bien y el mal Jaimito podía ver todo mucho más claro. Todos podemos elegir ser buenos o malos, amar o matar. Las fronteras de su mente se ampliaron hasta impulsarlo a crear iniciativas para mejorar y ampliar el gran sendero. Lo que hiciera o no hiciera, lo pensase o no pensase, lo que consideraba o prefería omitir lo condenaría. Como actuase frente al mundo podía cambiar el destino de la vida de muchos. Solo mirar sus manos le causaba tanto miedo ya que tenía tanto poder en sus manos y era cosa de saber utilizarlo para convertirse en un ángel o en un demonio.

Una revelación inesperada brotando de las llamas de la sabiduría lo envolvió y lo trajo a tierra. Desde el interior de Jaimito nació el deseo de caminar hacia atrás con calma, para de esa manera entender que existe un único punto de partida para todos. El gran desafío es encontrar aquel punto que luego de tantas vueltas puede estar en cualquier lugar.

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