Una nueva batalla comenzo en pleno Calila. Janna combatía contra dos soldados clase dos, Karina contra un soldado clase dos, Omar contra un soldado clase tres, al igual que Lucifer y Asper, mientras que Nan luchaba contra el capitán.
Los pobladores que vieron cómo se inició el conflicto huyeron de inmediato, dando aviso a todos los guardias que vieran y a los demás residentes.
Janna entro en combate alcanzando al primer guerrero con su baston. El golpe que le propino al demonio lo arrojo por los aires y daño sus costillas. Los movimientos de esta guerrera eran lentos como de costumbre, pero letales.
Por su parte, Lucifer esquivo los ataques de su contrincante y procedió a contraatacar con golpes de puño y pie. Su adversario era bastante duro, pues bloqueaba cada golpe que daba el demonio. Se notaba mucho la diferencia entre los soldados clase uno con los que se había enfrentado hace un tiempo atrás y los sargentos clase tres de esta zona.
Asper se dividió en tres para enfrentarse a su oponente. Su adversario sabía que iba a ser atacado por tres puntos distintos por lo que decidió crear una muralla de fuego capaz de impedirle el paso a uno de los guerreros de sombra. Tras esta maniobra dos de las réplicas de Asper atacaron por izquierda y derecha respectivamente. La réplica que habia tomado la derecha fue alcanzada por un golpe en el rostro tan fuerte que destruyó por completo aquella sombra, la segunda réplica también fue dañada por una maza de hierro. Al caer el muro de fuego generado por este demonio, dos réplicas de Asper aparecen de detrás de la pantalla de fuego. Una de ellas logra encertarle una lanza oscura en el pecho a aquel demonio y la otra logra clavarle un puñal a la altura del estómago.
El guerrero rebelde tomo de la cabeza a las réplicas de Asper y las presiono con tanta brutalidad que las hizo explotar. Posteriormente miro a su alrededor en busca de Asper. Al ubicarlo continúo luchando. Asper a penas podía esquivar los ataques del demonio. Si le llegaba un solo golpe, estaría en graves problemas.
Janna consiguió acabar con su segundo adversario. La guerrera golpeo por la espalda al demonio tras evadir un ataque, con lo cual destrozo la columna de su adversario.
Omar buscaba venganza. No sentía miedo al enfrentarse a un soldado clase tres ya que aquel soldado era el que había abofeteado a su hermana y en consecuencia utilizaría todas sus fuerzas para vencerlo. El soldado enemigo era muy hábil pues sabia mantener la calma al evadir a Omar, buscaba el momento exacto para dar un golpe, esquivaba y bloqueaba con paciencia los ataques de Omar.
La estrategia del demonio era mantenerse a la defensiva hasta que encontraba un hueco en la defensa de su adversario y golpeaba con todas sus fuerzas.
Así se mantuvieron luchando durante un buen rato. Omar estaba cansándose de a poco, por lo que debía cambiar de estrategia.
Se detuvo a pensar y continúo manteniendo el patrón anterior. Sin embargo cuando el soldado rebelde golpeo el pecho de Omar, este recibió una descarga que paralizo su brazo.
Omar tenia la capacidad de controlar la electricidad a su antojo gracias a su entrenamiento. El concentro carga a medida que se desarrollaba la batalla, sabía que su oponente atacaría los lugares que desprotegiera mientras el atacaba, así que decidió dejar desprotegido su pecho a propósito para que su adversario lo atacase.
El rebelde cayó en la trampa de Omar y ahora era el momento de pagar las consecuencias. Omar concentro en su puño toda la carga que reunio durante el combate y la libero con un duro puñetazo en la mejilla del rebelde.
Lucifer continuaba midiendo las fuerzas de su rival. Fue entonces cuando decidió ir en serio. Su instinto asesino estaba tomando impulso. Los latidos del demonio retumbaban en su cabeza, cada vez con más intensidad. Lucifer mantuvo su postura y siguió luchando. Cerró su puño y concentro una gran cantidad de energía. Con una velocidad increíble, se posiciono frente a su oponente quien quedó paralizado.
El rebelde escucho un chasquido, miro la mano de Lucifer que estaba abierta a unos escasos centímetros de su rostro. Antes de matar a su adversario Lucifer le dijo en el oído Amén.
Gobi se llamaba el demonio. Se puso a recordar en que había hecho Lucifer y recordó todo pues lo vio casi en cámara lenta. El demonio se deslizo con suavidad por el terreno, silencioso y veloz como un asesino. Al llegar frente a mí se dio el tiempo de dar un chasquido con los dedos para distraerme. Luego puso abrió su mano y la puso frente a mi rostro.
Gobi sabía que iba a morir.
Una intensa llamarada salió expulsada desde la palma de Lucifer. El rostro de su adversario fue incinerado por completo.
El cuerpo de Gobi siguió en pie un par de segundos antes de caer.
Los refuerzos ya estaban por llegar. Janna, que fue la primera en acabar con sus enemigos, dio la orden de proteger a Nan mientras luchaba contra el capitán. Los guerreros tendrían que seguir luchando para evitar que los soldados rebeldes que se aproximaban interfirieran en la batalla de Nan.
"¿Dónde está Karina?" - pregunto Omar
Karina había desaparecido del campo de batalla.